En la era digital actual, donde las memorias USB y la nube dominan el almacenamiento de datos, los formatos antiguos como el disquete han caído en el olvido. Ya casi nadie recuerda que hubo un tiempo en el que los disquetes eran la principal forma de guardar y transferir información. En este artículo, exploraremos qué es un disquete, su historia, sus diferentes formatos y su funcionamiento interno, para comprender cómo este dispositivo, hoy prácticamente obsoleto, fue un pilar esencial en la informática moderna.
¿Qué es un disquete?
El disquete, disco flexible o también conocido en inglés como Floppy Disk, es un medio de almacenamiento persistente. Al igual que el casete, usa una capa de plástico muy fina con un material ferromagnético en ambos lados para almacenar la información tantas veces como se quiera de forma inmediata y extremadamente barata. Sin embargo, los puntos en común terminan ahí, ya que mientras el casete es puramente secuencial y requiere copiar la información de la cinta en la RAM, en el disquete la información se almacena en un disco donde lo que serían las diferentes pistas se sitúan en diferentes discos concéntricos. Esto le permite al cabezal de la unidad lectora, el cual funciona como el de un tocadiscos, moverse hacia donde se quiera (acceso aleatorio) sin tener que copiar toda la información en la RAM, como ocurre con el casete.
Inventados en 1971 por IBM y con una capacidad de almacenamiento de solo 80 KB, los primeros disquetes tenían un gran tamaño debido a ser de 8 pulgadas. Sin embargo, a medida que pasó el tiempo, no solamente redujeron el tamaño hasta ser posibles de llevarlos en el bolsillo de una camisa, sino que, además, con el paso del tiempo, aumentaron su capacidad. Si bien los primeros ordenadores domésticos usaron por temas de costes las unidades de casete, la realidad es que tan pronto como el coste de una disquetera empezó a bajar, se convirtieron con el tiempo en el almacenamiento de serie en multitud de ordenadores.
El disquete de 5.25 pulgadas
No obstante, el formato utilizado en los ordenadores domésticos, gracias a la disquetera del Apple II primero y más tarde por la adopción del IBM PC, fue el disquete de 5.25 pulgadas. La primera generación tenía una capacidad de 160 KB y grababa y leía datos en una sola cara, no obstante no tardaron en aparecer las unidades de alta densidad, las cuales aumentaban la capacidad de almacenamiento a los 180 KB gracias a tener una mayor cantidad de pistas y sectores.
Ya en 1983, momento en que el PC XT estaba al mercado, aparecieron los de doble densidad y doble cara con una capacidad de 360 KB. En dicho periodo es cuando empezó a coincidir con el disquete de 3.5 pulgadas, el cual se convirtió en el estándar de sistemas como el Commodore Amiga, el Atari ST, el Apple Macintosh y los ordenadores MSX. Sin embargo, IBM continuó apostando por el disquete de 5.25 pulgadas en el PC AT, con el cual introdujeron el disquete de doble capa y doble densidad, el cual podía llegar a los 1.2 MB, pero que solo podía usarse en disqueteras del mismo tipo.
El disquete de 3.5 pulgadas
El más conocido y el que seguro os vendrá a la mente a los más veteranos, fue el último formato de disquete utilizado de forma popular y masiva durante un largo tiempo. Su mayor particularidad era su pequeño tamaño y la robustez de su carcasa. Lo cual permitía llevarlo en el bolsillo de la camisa sin peligro a que no se rompiese. Siempre y cuando no tuvieras un imán cerca, el cual afecta al campo magnético de cualquier disquete. La reducción en el tamaño del disquete supuso también una reducción y simplificación de los componentes de la disquetera, incluyendo su hardware. Esto se convirtió en un arma de doble filo, que, por un lado, democratizó materialmente su uso, pero, por otro, terminó con unidades menos fiables que los de 5.25 pulgadas.
Cuando apareció, su capacidad no era mayor que los de doble densidad y doble capa de 5.25 pulgadas (360 KB), pero utilizando solo una capa y funcionando a densidad simple. En realidad, la adopción en el PC se dio en el PC AT como unidad alternativa a la de 5.25 pulgadas, pero en forma de una de doble densidad con 720 KB de almacenamiento. Tras su estandarización masiva como unidad de almacenamiento, alcanzó los 1.44 MB de capacidad (doble capa y doble densidad), aunque hubo casos como el del IBM PS/2 que utilizaron un formato propietario de 2.88 MB, no obstante, este no se estandarizó entre los usuarios.
Como curiosidad, las bahías de las primeras torres de ordenador se diseñaron para poder colocar disqueteras de 3.5 pulgadas, por ese motivo, durante mucho tiempo los discos duros tuvieron ese ancho, antes de adoptar las posteriores 2.5 pulgadas tras la desaparición del disquete como unidad de almacenamiento.
Formatos poco conocidos de disquete
Los disquetes no se quedaron atrás en lo que a la guerra de formatos se refiere, y a principios de los 80, al disquete de 3.5 pulgadas inventado por Sony le salió un competidor, también japonés y ni más ni menos que de su rival histórico en electrónica de consumo: Matsushita. El formato era un disquete más pequeño, de 3 pulgadas, lo que se traduce en que sus capacidades eran mucho menores, pudiendo alcanzar los 125 KB en una sola capa y a densidad simple, pero llegando a los 512 KB en su potencial configuración máxima. Este formato fue adoptado como disquete por el Amstrad CPC.
Otro formato también poco conocido es el utilizado por el Famicom Disk, que utiliza los disquetes de 2.8 pulgadas de Mitsumi, los cuales solo salieron en una configuración con una capacidad de 112 KB.
No obstante, en este caso y el contrario de lo que ocurría con los ordenadores, este requería el uso de un cartucho que venía de serie y que contenía la RAM del programa y la de los caracteres del juego para volcarlo desde el disquete. El hecho que de que apareciesen chips MMC con capacidades que iban más allá que permitir más memoria, las limitaciones en almacenamiento del formato y el no ser compatible con la versión occidental de la consola hicieron el resto.
Para terminar, no podemos olvidar el formato de 2 pulgadas utilizado por las Sony Mavica, si bien tampoco fue popular, son la antesala a las cámaras digitales modernas basadas en el uso de tarjetas de memoria. Como curiosidad, uno de los inventores de este tipo de disquete fue Ken Kutaragi, quien muchos años después dirigió la creación de la primera PlayStation.
Componentes de una disquetera
La disquetera o unidad de disquetes es la unidad encargada de leer y escribir los datos en los disquetes que se introducen en ella. Pese a los diferentes formatos de disquete y sus capacidades de almacenamiento, todos ellos comparten un funcionamiento en común, el cual se basa en los siguientes componentes en común.
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Cabezas de lectura y escritura: Son dos pequeñas piezas metálicas situadas a ambos lados del disquete. Se mueven juntas y se encargan de leer y grabar la información en el disco. Para evitar errores, hay otra cabeza más ancha que borra la pista antes de que se escriban nuevos datos, asegurando que todo quede bien limpio.
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Motor de giro: Es un motor pequeño que hace que el disquete gire a una velocidad de 300 o 360 vueltas por minuto, lo que permite que la información se lea y se escriba correctamente.
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Motor de movimiento: Este motor especial mueve las cabezas de lectura y escritura de forma precisa para que lleguen a la pista exacta donde deben leer o grabar datos.
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Estructura mecánica: Es el mecanismo que abre la ventanita protectora del disquete cuando se introduce en la controladora, permitiendo que las cabezas toquen el disco interno. También tiene un botón para expulsarlo, tras lo cual la ventana se cierra automáticamente con un muelle.
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Placa electrónica: Es el “cerebro” del disquete. Contiene los circuitos necesarios para gestionar la información y controlar los motores que mueven las cabezas y el disco.
Así, todas estas partes trabajan juntas para que el disquete pueda almacenar y recuperar datos correctamente.
La comunicación con el ordenador
Las primeras unidades de disquetera eran extremadamente caras, lo cual se debía a que necesitaban un hardware para funcionar bastante complejo. Mientras que los casetes requerían un hardware mucho más sencillo, testimonio de ello es el complejo hardware del Apple II Disk, cuya placa electrónica era en realidad un ordenador entero encargado de gestionar la comunicación entre el ordenador y el disquete.
Con el paso del tiempo y gracias al uso de transistores más pequeños y el abandono de los chips TTL por chips VLSI integrados, las controladoras fueron compactándose y reduciéndose en coste y tamaño. En los años 80, pasaron de ocupar placas enteras a integrarse en tarjetas de expansión (como es el caso del IBM PC), y luego en los años 90 se incorporaron directamente en la placa base de los ordenadores e incluso dentro de la propia unidad. La función principal de este hardware es traducir las órdenes del procesador en señales eléctricas que controlan el motor, las cabezas de lectura/escritura y la transferencia de datos.
Paso | Función | Explicación |
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1ª | Recibe comandos del procesador | Cuando el sistema operativo necesita leer o escribir datos en un disquete, envía órdenes a la controladora a través del bus del sistema. |
2ª | Activa el motor de giro | La controladora enciende el motor del disquete para hacerlo girar a la velocidad correcta (300 o 360 RPM). |
3ª | Posiciona las cabezas de lectura/escritura | Un motor de pasos mueve las cabezas de lectura/escritura hasta la pista correcta del disco. |
4ª | Lee o escribe los datos |
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5º | Corrige errores | Usa códigos de corrección de errores (CRC) para asegurarse de que los datos no están dañados |
6º | Envía los datos al sistema | Una vez leídos o escritos, la controladora transmite los datos al procesador y el sistema operativo sigue con su tarea. |
Esto es todo, con esto esperamos que hayáis podido entender bien cómo funcionaba el disquete a nivel de hardware. Y no, no nos hemos olvidado formatos de disquete como el Iomega Zip o el 64DD de la Nintendo64, pero sobre estos hemos decidido que ya haremos un artículo dedicado cuando llegue el momento.